Cómo (y dónde) encontrar a un influencer para mi marca

Seguramente te sonará el palabro influencer. Básicamente son esa gente que tiene miles de seguidores en las redes sociales y que pueden anunciar tu producto o servicio para que lo compren otras personas.

Probablemente te suenen influencers como El Rubius (youtuber héroe de los adolescentes), Vikika Costa (influencer el mundo de la nutrición deportiva), Isasa Weis (influencer del mundo de la moda y tendencias) o, incluso, Sara Carbonero (influencer de quien le pague).

Obviamente, cualquier persona que tenga seguidores acaba siendo un influencer. Paquirrín es un influencer (a parte de DJ a tiempo parcial y parásito a tiempo completo), Belén Esteban sería una influencer… en fin, que hay una línea muy fina que distingue a los influencers de los famosetes.

Digamos que un influencer es un don nadie que se ha currado algo y al que la gente le ha seguido. Un famosete es un lastre social que se dedica a vivir del cuento. Pero los famosetes se han hecho Twitter, Instagram, blog… para poder cobrar más dinero por publicidad. Así de triste, amigos.

¿Cómo empezó esto de los influencers?

La moda de los influencers comenzó cuando empezaron a salir blogs como champiñones. Aquellos que tenían mayor número de visitas, acaparaban mayor atención de los anunciantes, que intentaban salir en sus blogs, primero con banners y después con posts de reseña (más disimulados que la publicidad) donde dichos influencers hacían un review o un unboxing del producto en cuestión.

Con el tiempo, los influencers fueron pasando de blogs a redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat o Youtube, cosa que ha hecho que pasen de currarse posts a sacar solo una foto con millones de hashtags para anunciar un producto.

Digamos que hemos pasado por etapas como “todos los influencers tienen un blog de recetas” a “todos los influencers tienen 100.000 seguidores en su fan page de Facebook” a “ahora soy un tuitstar con 50.000 seguidores” para acabar en cosas como “me siguen 35.000 personas en Instagram” o “200 personas se conectan a mis directos en Instagram”.

¿Cómo encontrar a un influencer?

Y bien, ¿cómo encontrar a estas personas para tu marca o tienda? Puedes hacerlo de dos formas. Una sería acudiendo a una agencia especializada en influencers como 2btube, Influgency o Thinketers. Estas agencias actúan como agentes o mánagers de estas celebrities y pueden crearte acciones a medida. Su papel es el de intermediar entre el cliente y el influencer y llevarse una comisión. Vendría a ser como una agencia de representantes o apoderados.

La otra manera de hacerlo es, por supuesto, a manija. Podemos surfear redes sociales en búsqueda y captura de influencers metiéndonos en hashtags específicos de Twitter o Instagram y buscando a la gente que tiene más seguidores e interacciones. La realidad es que hacer eso es una matada. Por suerte, tenemos herramientas que pueden ayudarnos a ello.

Herramientas de pago como Traackr (que usan L’Oreal o Forbes), Buzzsumo, Followerwonk (de Moz, una herramienta SEO), PeerIndex (comprada por Brandwatch), Ahrefs o Keyhole nos permiten detectar influencers en base a búsquedas temáticas para que, posteriormente, podamos contactar con ellos.

Si dicho influencer todavía no ha crecido lo suficiente para tener un agente, podremos contactar con él y acordar algo de persona a persona. Un consejo, huye de los que no hacen factura, ¡mal vamos!

¿Qué hay que tener en cuenta?

Hoy en día cualquiera se considera influencer y la gente ha visto la oportunidad, como siempre en este país. Es decir, cualquier hijo de vecino con 2.000 seguidores en Instagram se cree una estrella y te pide un órgano vital por anunciar tu producto. Es decir, hablando en plata, hay mucha mierda.

Un buen truco para detectar a un influencer bueno no es la cantidad de seguidores que tiene, si no la cantidad de interacciones que tiene. Si alguien saca un vídeo y tiene 500.000 visualizaciones pero 10 comentarios, ese tío no nos conviene. Puedes comprar visualizaciones en Fiverr, igual que puedes comprar seguidores, retwitts, likes y demás. Por lo tanto, una buena vara de medir es la interacción con los seguidores. Si no hay conversación, huye.